Construir una conversación con supuestos, es como construir una casa solo con arena

Es muy frecuente entrar en una conversación de forma casual o con algún propósito específico y comenzar a “caminar en círculos” sin llegar a nada.

A veces tratamos de hacer prevalecer nuestra idea, el famoso tener la razón; a veces nos dispersamos del tema central por el que empezamos a conversar; otras veces caemos en emociones de enojo o frustración.

Todas esas oportunidades que tenemos de lograr algo que nos importe a ambas partes, de encontrar la salida a una situación inconveniente, de resolver un problema o simplemente de seguir construyendo una relación; en muchas de esas situaciones apoyamos nuestro discurso en supuestos.

El supuesto en algunas ocasiones es el elemento que usamos para realizar propuestas posibles, pero solo a los fines de recrear un escenario a futuro, condicionado a la aprobación de las condiciones preestablecidas, como por ejemplo: un presupuesto; o bien cundo intentamos argumentar un futuro en el cual pronosticamos diferentes escenarios para realizar un proyecto, pero siempre con la premisa de que tomará fuerza y veracidad si se contrasta con un hecho comprobable.

El punto central de este post es traer a la conciencia la importancia que tiene construir una conversación con supuestos, cuando estos comienzan a devenir en una conversación y los mismos no tienen un sustento comprobable.
A veces realizamos conjeturas de hechos del pasado que no tenemos la prueba suficiente para comprobarlo, a veces dichas conjeturas son hacia el futuro; y esta acción comienza a construir una realidad virtual en las mentes de quienes conversan de tal forma que se comienzan a dar por cierto. El tiempo pasa y al no llegar la comprobación con el hecho, todo se desmorona.

Quiero dejarles este tema abierto a la reflexión y al abordaje de próximos talleres para que logremos tomar conciencia de la RESPONSABILIDAD que ejercemos al tomar al lenguaje como algo que al parecer es “gratis e inofensivo”, pero en los hechos, provoca construcción o destrucción.

Ariel Orlando | Coach Ontológico